jueves, 2 de febrero de 2012

Cuando menos piensas, sale el sol....

Llueve en Seattle .... mucho. El invierno es frío y sombrío y la lluvia helada. Cuando no llueve, todavía está oscuro y a veces sopla un viento que te cala los huesos. Y luego, de repente, ahí está - el sol sale y nos sorprende a todos. Después de días y días de frío, usando tus botas todos los días y sintiendo que tu abrigo ya forma parte de tu cuerpo, el sol sale y corres a buscar tus anteojos oscuros porque te duelen los ojos, tan acostumbrados ya a las sombras de esta temporada. Un día soleado de invierno es un verdadero milagro para nosotros aquí en el Noroeste del Pacífico. El sol brilla y cambia todo! Extraños en la calle, en el mercado, en la escuela, te sonríen, deseándote un buen día porque el sol está brillando. A menudo los oyes decirte: "hey, sal y disfruta del sol!" "Hola, hoy hace sol, que tengas buen día!" - Es como si el sol ya es razón suficiente para ser feliz, no importa lo demás. Los niños están felices porque pueden salir al patio y no tiene que jugar en una cancha techada. Es como que hay una gran fiesta a la cual todos estamos invitados a disfrutar!

Por aquí, todo se ve diferente cuando el sol brilla - es como que las cosas no son tan confusas como antes y puedes ver que lo que te daba miedo en la oscuridad, no es tan malo una vez que hay mas luz. Tus miedos, tus dudas, tu falta de esperanza, todo se borra porque puedes ver lo pequeño que son tus problemas en realidad y que todo lo que necesitas para enfrentarlos es esperar que la lluvia se detenga y por lo general, lo hace cuando menos te lo esperas - entonces, el sol brilla y todo es mejor. Hey, ¿qué puedo decir? Soy fanática de las pequeñas maravillas y cuando las descubro casi siempre me dejan sin aliento. Hoy ha sido uno de esos días. Cuando miré hacia arriba en medio de esta mañana lluviosa, fría, y vi el sol, sonreí, ya que siempre me recuerda que no importa cuántos días amargos de invierno tenemos que vivir, siempre habrá un día soleado de vez en cuando. El buen Dios sabe que necesitamos este día de sol que nos trae esperanza y promesas de un mañana mejor que aún está por venir.

Para ser realmente honesta, estoy exhausta y agotada por el invierno, el frío, la lluvia, el viento, la nieve y los ensayos y errores para hacer que los planes para mis hijos trabajen, especialmente para Frankie. Es agotador tener que esperar y esperar y luego volver a intentar lo que no funcionó. Pero siempre hay un mañana que podría ser el día de suerte, cuando lo que estás tratando de que trabaje si que funciona y entonces es como tener un día de sol en pleno invierno - un verdadero milagro. Me inquieta lo desconocido y me da un miedo terrible cuando no veo resultados inmediatos, pero sigo adelante. Cuando se hace de noche en mi vida y quiero darme por vencida, sigo adelante, porque siempre hay alguien que tiene una linterna y se ofrece para iluminarme el camino. Cuando hace frío o llueve en mi sendero, siempre encuentro un montón de paraguas y abrigos y, mejor aún, a menudo cuento con el brazo de un amigo sobre mis hombros para abrigarme y ser mi compañía en el camino.

En un día claro y brillante como el de hoy, es fácil darse cuenta de que aunque nada parece estar cayendo en su lugar en mi vida o en la tuya, lo más importante es seguir adelante, día por día, paso por paso, porque después de muchos días grises, encontraremos un día soleado en el camino - cuando esto suceda, sólo hay que hacer una pausa, disfrutar de este día y atesorarlo porque en el invierno, días así no son fáciles de conseguir.