martes, 4 de mayo de 2010

Lloviendo a cantaros!

Me mude a la ciudad mas lluviosa de Estados Unidos, pero me encanta. Seattle es siempre verde, como si estuviera pintada de color esperanza! Se que esto es debido a la cantidad de lluvia y humedad que recibe durante todo el año pero me gusta pensar que es así porque esta ciudad significa mucho para mi y para mi familia; porque aquí la vida nos dio la oportunidad de recobrar a nuestro pequeño Frankie después que pensamos que su futuro seria otro. Una vez ya escribí algo sobre la lluvia, fue hace tiempo, cuando me di cuenta que Frankie y yo compartíamos el mismo amor por la lluvia.

La lluvia siempre me hace feliz, desde que tengo memoria el olor a tierra mojada me produce una sensación de mucha alegría y paz; aun en el medio de las torrenciales tormentas de Miami, cuando el trafico era un desastre y las calles se inundaban, el solo hecho de que estaba lloviendo, era suficiente para que no me importara si la ciudad entera se paralizara. Ah, la lluvia, el agua que cae de los cielos y renueva la tierra, siempre me hace pensar en las lágrimas. La familia de los Báez es muy llorona, y yo saque los genes de este grupo de gente que vive con el corazón en la mano…a veces siento que no tengo filtro para las cosas que me tocan el alma, si algo me llega al corazón, para afuera salen mis lagrimas! Las risas, la felicidad, los pequeños milagros, los grandes milagros, la melancolía, la confusión, la tristeza, todo se conecta con mis ojos y de golpe siento el familiar calor de las lágrimas rodando por mi cara. Lo bueno de todo esto es que entre mas lloro, mejor me siento después…es como si las lágrimas pudieran expresar lo que mis palabras no pueden…ya sean de alegría o de tristeza, mis lágrimas son el lenguaje de mi alma, la forma de hacer materia lo que mueve mi espíritu. Durante estos últimos años de prueba, crecimiento y paciencia, hay algo que estaba sumamente mal en mi…no estaba llorando. Estaba tan cerrada y tan ensimismada en lo que tenía que lograr, que la parte sensible de mí se desconecto de mis ojos y sabia que de alguna forma, en algún momento, tendría que caer lluvia a cantaros para poder renovar lo que se había secado.

Y gracias a Dios, que siempre ha estado en mi vida, llovió y llovió y sigue lloviendo. El universo entero conspiro para ayudarme a liberarme y el amor me salvo. Solo el amor me saco de la esclavitud y de la monotonía en que había caído y me dio la libertad, la libertad de sentir de nuevo, y de poder llorar a cantaros para que hubiera sanación de verdad, de la que dura, de la que cambia y de la que nos hace mejores.

Hace unos días, escuche esta canción con Ismael Serrano, cantando una canción de Pablo Guerrero – no puedo pensar en mejor canción para expresar el diluvio que esta inundando mi vida….Porque es tiempo de creer y tiempo de vivir y quien nos ata? Tiene que llover, y tiene que ser a cantaros!


4 comentarios:

Isidro A Urtecho Mendoza dijo...

Felicidades, que siga lloviendo y no para de llover, El Señor del Universo Yave, te bendiga siempre...

Anónimo dijo...

Orfi me encanta que compartas estos momentos, creo firmemente que el llanto es "terapeutico" y ayuda a sanar, a sacar de adentro el dolor que muchas veces no sabemos con que palabras expresar, o que, tal vez, no se puede expresar con palabras, solo con el sentimiento de adentro, con ese que nos hace sentir que de tanto llorar nos vamos a deshidratar... Y sabes que??? Yo tambien soy una llorona!!!! Asi que no estas sola en este barco mi amiguita!!! Me encanta llorar de alegria, cuando veo el milagro de la vida, los animalitos, mis hijitos, los milagros que suceden en mi vida cada dia... Y tambien muchas veces he llorado de tristeza profunda, de melancolia, de frustracion, de decepcion, de coraje!!!! Que terapeutico que es el llanto y que siga "lloviendo a cantaros"!!! Un besote!!!
Claudia.

ORFA dijo...

Claudia,

Me encanto tu comentario - a ver si nos vemos en Agosto y lloramos juntas! Un besote!

ORFA dijo...

Isidro,
Amen!