viernes, 12 de marzo de 2010

Carrusel

CARRUSEL. Un carrusel, tiovivo o calesita es un medio de diversión consistente en una plataforma rotatoria con asientos para los pasajeros.


Música.
La brisa suave del otoño
El olor de algodón de azúcar y de palomitas de maíz.
Los ruidos propios de una feria parroquial.
Un carrusel, dando vueltas y un abuelo con su nieta.
El circulo de la vida.

Mis mejores recuerdos cuando comencé la aventura de ser madre usualmente envuelven a mi suegro y a mi hija y casi siempre son simples pero mágicos, así como una feria parroquial en nuestra iglesia, St. Timothy, o en la playa, en un lago, en un parque, o simples momentos de la vida de todos los días que formaron parte de nuestra historia juntos. Aunque en realidad nunca me vi a mi misma como madre, y en realidad no estaba apurada en tener hijos, tuve mi primera experiencia con ser “abnegada” cuando Raci y yo decidimos ofrecerle a mi suegro la oportunidad de disfrutar una nueva vida cuando la de el se estaba terminando. Al ofrecerle a el un chance de realizar un sueño, la vida nos dio en retorno la suerte de crecer y de ser mejores seres humanos. El recibió la llegada de nuestra hija como un nuevo comienzo, como un renacer a su propia vida y tuvo el valor de disfrutar esta aventura que llegaba a el como si fuera un niño de nuevo, con los ojos de la inocencia propios de una criatura.

La verdad, habría sido difícil encontrar a alguien mas ensimismado con un niño como el lo estaba; jugando, disfrutando, valorando cada momento como si fuera el ultimo, el convertía cada día en un milagro, con la certeza, que todos deberíamos de tener, que cada momento podía ser el ultimo. El estuvo ahí para ella todo el tiempo, cada momento de cada segundo, por siete años, hasta que el Señor lo llamo de nuevo a casa. Cuando se fue, lo sentimos, lo extrañamos, deseábamos tener de nuevo su amorosa presencia y aunque el se había ido, nos había dejado los recuerdos de tardes especiales como las de las ferias parroquiales de St Timothy, las de años ya pasados…momentos llenos de su presencia, de su forma de ser tan familiar…momentos en los que nunca pensamos que tendríamos que decir adiós. Estos son los momentos que hacen que la vida valga la pena vivirla; esos momentos que suceden cuando no estamos poniendo atención; esas tardes de domingo en el que el mundo parece que llega a un alto y puedes disfrutar en realidad la magia de un carrusel, que te invita a soñar, a soltar las riendas y a disfrutar el viaje.

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