domingo, 25 de septiembre de 2011

Una vida simple

Nunca me consideré una persona simple, por el contrario, me gustaban las cosas complicadas, entre más polarizado el tema, más interesante era la discusión para mí! Lo mas seguro es que la gente me consideraba molesta y agresiva….Aunque yo estaba convencida de que era fuerte e inteligente probablemente era insoportable para muchos.

Esto parece ya hace tanto tiempo que a veces me siento como que era la vida de otra persona y no la mía. De hecho, lo fue. Mi vida es simple ahora. Vivo día a día y paso a paso, pero los placeres de una vida simple son increíblemente subestimados. Mi mundo se volteo al revés en una fría mañana de invierno, cuando un terapeuta del centro de Autismo de la Universidad de Washington me dijo que mi hijo tenía autismo. Lo primero que me vino a la cabeza fue: ¿Cómo lo arreglo? Yo no pensé en el "por qué “ni tampoco reflexione sobre cuando o como esto había ocurrido; lo único que quería era seguir adelante y conseguir que mi hijo fuera normal, como todos los demás niños. He estado trabajando para derrotar el Autismo desde esa mañana pero también me he dado cuenta a lo largo del camino que mi hijo no está roto. No hay que arreglarlo. No tiene por qué ser como los demás niños. Su vida es más difícil que otros niños de su edad porque él tiene que aprenderlo todo - nada le viene naturalmente, pero ya eso es una realidad a la que estamos acostumbrados. Una vez que dejé de mirarlo como un proyecto pendiente a realizar, fue cuando comencé a disfrutarlo por lo que realmente el es. En ese momento la vida se volvió divertida y sencilla al mismo tiempo.

Lloro con mucha facilidad últimamente pero también me río con facilidad y tengo que confesar que cualquier cosa me hace gracia! Me divierte la forma en que las cosas caen en su lugar todos los días y cuando no es así, me voy a dormir cruzando los dedos para que todo sea mejor en la mañana. Puede ser que tome más de una mañana, pero siempre las cosas caen en su lugar y cuando lo hacen, es un pequeño milagro.

Una cosa que me hace inmensamente feliz es ver a mis niños riendo. No puedo dejar de sonreír cuando los oigo reír! ~ Erase una vez un niño que perdido su voz y su sonrisa, pero hoy en día, el se ríe y yo no puedo dejar de reír con él, aun cuando también podría tener una o dos lágrimas en los ojos al mismo tiempo.

Lo que de verdad importa son las cosas pequeñas y no hay razón para no disfrutar de ellas, con una sonrisa en los labios y mucha esperanza en el corazón.

No hay comentarios: